jueves, 14 de julio de 2011

El sexagenario que se ‘atrinchera’ por una educación virtual

Los escolares de 'Rosa de América' se olvidan de la pizarra y la tiza.
Imagen: Wilson Morales
Natalia Puga, Lima (Perú).- Juan Mateo Zúñiga descubrió Internet hace tres años, cuando tenía 57, y gracias a una maestra poco habitual: su hija con parálisis cerebral. Cuando la vio utilizando un ordenador pensó “si ella puede, ¿por qué yo no?”. Su hija le ha enseñado que “todo es posible”.

El lema que han tomado como suyo todos los habitantes del distrito de Lima en el que reside y dirige un colegio, Villa el Salvador, le dio el empujón definitivo: “Nada tenemos, todo lo hacemos”. Desde aquel día, se ha erigido como máximo defensor de la virtualización de la educación.

      - ¿Cómo es posible que a su edad y en un distrito donde sus 350.000 habitantes apenas tienen ordenadores tenga esta filosofía educativa?
      - La educación y el aprendizaje no tienen edad. Yo sólo busco mayores posibilidades de educación para los niños y promover ese modelo entre los docentes: que se olviden de la pizarra y la tiza. Les he planteado que Internet está lleno de recursos que multiplican sus posibilidades pedagógicas.
       - Los padres no lo verán como una necesidad…
       - Al principio, los tienes que enamorar, que no lo vean como una inversión, sino como una apuesta por la educación de su hijo. Ahora aportan una cuota fina al mes para mejorar los recursos.
       - Los otros colegios de Villa el Salvador no compartirán esta filosofía.
       - Desde el año 2007 ya he conseguido cinco ordenadores, tengo un aula y un docente preparado para el mantenimiento de los equipos y desde 2010 tengo Internet en el centro. Lo hago para que el resto de los colegios lo vean. Si los docentes y los papás lo ven positivo, podremos avanzar mucho.

El proyecto educativo fortalece las competencias y habilidades sociales del alumnado.
Imagen: Wilson Morales
Juan Mateo Zúñiga no sólo ha querido situar a su colegio en el siglo XXI de la digitalización de la educación. Es un auténtico precursor en este campo y aspira a que ‘Rosa de América’, el centro que dirige, “sea el primero de todo Perú con ordenadores dentro de las aulas”.

Mientras no llega esa era virtual, sigue trabajando por tener las condiciones más dignas y proclives para impartir la enseñanza en su colegio. En 2009, el Fondo Gallego de Cooperación y Solidaridad le ayudó a construir y equipar un aula para la educación integral de niños de cuatro años y en ella va haciendo los primeros avances. Su próximo reto es tener un centro en el que los niños “estén aquí desde los 0 años, sea una cuna escuela” y, para luchar contra el ausentismo escolar, “que vean esto como un lugar agradable para estar, que se entretengan y aprendan, pero no se quieran ir”.


La educación formal e informal fuera del aula confluyen.
Imagen: Wilson Morales
Deben ser muy evidentes. Maribel Silvestre, madre del alumno de cuatro años Juan Felipe, hace un balance del último curso: “mi hijo ha aprendido bastante, pero lo traigo aquí porque los tienen separados por años y porque el ambiente es muy agradable y mi hijo ya no me dice que no quiere venir al colegio”.

Aporta otro dato clave de las ventajas de este centro: “si no hubiese este colegio, no podría llevar al niño desde tan pequeño a clase porque los otros nos quedan muy lejos y no tengo recursos para desplazarlo”. Acercar la educación a la comunidad y que los padres lo vean como un proyecto suyo es otro factor que ayuda a la lucha contra la elevada tasa de ausentismo escolar de Villa el Salvador.

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